Queridas hermanas todas de nuestra Federación:
¡Alabado sea Jesucristo!
Empiezo con el saludo Carmelitano de las recreaciones.
Quiero compartir con vosotras, lo que más me ha llegado a mi hogar interior y que ha hecho resonar y renovar en mi corazón estos días del encuentro que tuvimos en Ávila del 6 al 10 de mayo. He retornado a mi comunidad muy contenta.
El P. Miguel Márquez, lo organizó fenomenal, el Espíritu estuvo rondando estos sitios, con el buen ambiente que se percibía en cada momento puntual de nuestras tertulias. Es hermoso encontrarnos con hermanas de otros conventos, conocernos, compartir, reír, hablar y que no estamos ajenas a preocupaciones y ocupaciones similares, que vivimos en comunidad.
Aparte de la doctrina práctica que nos habló el P. Miguel, lo que más se me quedó grabado fueron los trabajos en grupos, los símbolos como la piña que nos trajo desde Italia para cada una y que luego en la Eucaristía en el momento de la ofrenda, cada una se acercó a ponerla donde mejor quisiera, ya sea en la Virgen, en el Sagrario o en el Altar y al finalizar la Eucaristía, nuevamente teníamos que recoger las piñas, pero de otra hermana.
Una anécdota de una hermana: ella se había encariñado con su piña y nos compartió que al recoger y tener la piña que no era suya y tenerla en sus manos también era acoger los sueños, deseos e ilusiones de la otra hermana. Luego los garbanzos, las semillas de mostaza traída desde Belén, las imágenes de las ovejitas blancas y negras y también el símbolo de las infusiones, unas eran digestivas, otras para dormir, otras quema-grasa y cada bolsita tenía un mensaje del evangelio, después de compartir y escuchar con la hermana que estaba a mi lado sobre el pasaje, en voz alta se compartía lo que significaba y a mí me tocó el lavatorio de los pies “me invitaba a levantarme de mi comodidad. Y así cada una interpretaba las infusiones entre risas y alegrías.
Por otro lado, las frases motivadoras concretas, que las tendré de píldoras en los momentos puntuales de mi vida.
“Reconstruir la casa interior, recuperar la vida humanizando la comunidad, recoger lo mejor de nuestra historia. Tocando un aspecto de la vida de nuestra santa madre, Teresa atraviesa las murallas para seguir un sueño y para mi ¿qué es romper las murallas hoy? Dios tiene una fecundidad escondida, pedimos vocaciones y no mimamos las que tenemos en casa, no es lo grave que no haya vocaciones, es grave perder la alegría de la vocación su frescura, si no hablas de corazón a corazón te mueres y la frase de una canción que escuchamos ‘vamos a Betania a sanar herida’” etc.
Así mismo las preguntas que nos planteaba a compartir hablando con el corazón abierto.
Los dones y regalos en la fraternidad, alguna herida en mi historia y comunidad y ¿cuáles son los desafíos y retos?
Nos repartimos en grupo de siete hermanas de varios países, Perú, Colombia, Argentina, Ecuador, España y Bolivia y entre ellas teníamos una reliquia de NEMI la hna. Angels.
Se abrió un diálogo entre nosotras en confianza y clima de oración, nos escuchamos sin interrumpir y esto ha sido sanador, hubo lágrimas, risas y abrazos me he sentido una hermana de esta gran familia: ellas para mí y yo para ellas. He aprendido a escuchar, a acoger la vida de mi hermana.
Finalmente quedamos en rezar unas por otras.
Agradezco a mi comunidad de Altea por haberme permitido participar en este encuentro.
Gracias por vuestro sí de cada día.
Un fuerte abrazo lleno de cariño y bendiciones.
H. Sidioly